lunes, 21 de julio de 2008

AUMENTA EL CONSUMO EN LA POBLACIÓN ESTUDIANTIL

Drogas y Universidad: ¿Indiferencia o Aceptación?

El uso y el abuso de drogas por parte de los estudiantes es una realidad y la falta de atención por parte de las autoridades es preocupante.

El pasado viernes 27 de junio, una mujer universitaria tuvo que ser ayudada por sus compañeros para salir del baño de uno de los bares cercanos a la Universidad Central. La razón; no se podía sostener de la borrachera y además su nariz empezó a sangrar, no por una caída en el baño, sino por que consumió “algo raro”, un polvillo blanco que entra por la nariz…

Esta escena se repite a menudo, casi siempre los fines de semana y en horas de la tarde. Según informes de las autoridades de Policía, el consumo de sustancias como el cigarrillo, el alcohol y la cocaína (llamada comúnmente “Perico”) entre los estudiantes de centros universitarios está aumentando de manera alarmante.

Es un hecho notorio que el consumo de drogas y alcohol es cada vez más frecuente en sitios donde los jóvenes se concentran en sus actividades sociales, culturales o recreativas. Un ejemplo claro lo encontramos en los bares que se encuentran justo al frente de la Universidad, o en sitios cercanos como whiskerías, licoreras, bares, cafés y otros negocios, los cuales facilitan el inicio e incrementan el consumo de cigarrillo, licor y marihuana.

Sin embargo, también se debe tener en cuenta que existe un desconocimiento sobre el problema de las drogas, cierta indiferencia, subvaloración y hasta negación de la presencia de estas sustancias dentro del ámbito académico. Se desconoce el impacto real de estas prácticas dentro de la población estudiantil. No existen estudios actualizados que muestren la realidad del problema, estadísticas o encuestas que señalen realmente qué porcentaje de alumnos ha consumido, consumen o están tentados a consumir este tipo de sustancias.

Según la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), la alarma está prendida en la capital del país porque aquí está el mayor número de estudiantes universitarios (34 por ciento) y porque es adonde más llegan los jóvenes de provincia.

El último estudio que se conoce es el realizado en el año 2001. El programa presidencial Rumbos realizó una encuesta de consumo de sustancias sicoactivas en la población escolarizada de todo el país, la cual demostró que de 198.344 jóvenes, el 83.8% ha consumido alcohol alguna vez en su vida, el 8,9% marihuana y el 4,5% cocaína.

¿Por qué los jóvenes consumen drogas?

Existen muchas razones para volverse usuario de cualquier sustancia sicoactiva. Siempre se encuentran factores en interacción, de orden personal y familiar, relacionados con las condiciones del ambiente y asociados a las características de la sustancia que se emplee.

Dentro de los factores de riesgo más comunes, encontramos el desconocimiento por parte del estudiante sobre los potenciales efectos en la salud debido al consumo de drogas. La soledad, la curiosidad, la influencia de los “amigos”, los problemas familiares, las presiones del estudio, y un débil carácter, influyen en el momento de decidir si consumir drogas o no.

La comunidad universitaria, a pesar de conocer y ser consciente del problema de consumo y comercio de drogas en el campus, mantiene una posición de indiferencia y en algunos casos de permisividad y aceptación.

Drogas más utilizadas

Menores, con fácil acceso a las drogasEl alcohol y la nicotina son las dos sustancias sicoactivas más consumidas. La marihuana es la sustancia ilegal de mayor consumo seguida de los derivados de la coca (basuco, pasta y sales de cocaína). Estos datos coinciden con la tendencia del consumo mundial dado por la ONU.

La marihuana actúa sobre la corteza cerebral, principalmente en las áreas que controlan la movilidad de los miembros, los órganos sensoriales y el comportamiento. También ocasiona graves lesiones en la membrana de las células cerebrales. Según el estudio realizado en el año 2002 por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), la sustancia “a largo plazo causa graves daños en el sistema nervioso. Acaba con las neuronas e imposibilita que se desarrollen las actividades motoras y psicomotrices”, comentó Fredy Jiménez Segura, Químico Farmacéutico del Instituto.

La cocaína es un estimulante, exalta el estado de ánimo, produce euforia y estado de bienestar, es una droga muy adictiva, su uso frecuente puede producir paranoia, alucinaciones, agresión, insomnio y depresión.

Otras sustancias utilizada por los jóvenes universitarios, pero en un porcentaje menor son el “Éxtasis” y el “Popper”, drogas de moda en las fiestas electrónicas o llamados “Raves”. El Éxtasis es una pastilla que produce euforia, sensación de energía y vitalidad, su precio varía entre $15.000 a $25.000. El Popper es un inhalante, conocido también como “El minuto de Dios”, su efecto dura entre uno y tres minutos y produce excitación, euforia y otras sensaciones, se consigue desde $25.000 hasta $100.000 el frasquito.

Mauricio Valencia, médico cirujano y profesor de farmacología y toxicología de la Universidad de Caldas, indicó: "el popper tiene varios efectos iniciales específicos que causan sensaciones estimulantes y provocan euforia por unos 40 segundos. Trae consigo otros efectos periféricos como la relajación del esfínter anal y mayor sensación en la erección, por eso lo usaron en los 60 y 70 algunas comunidades homosexuales".

¿Cómo se consiguen estas sustancias?

El alcohol y la nicotina se encuentran al alcance de la mano, en cualquier establecimiento. La marihuana es una droga ilegal, pero fácil de conseguir, al igual que el “Perico”. Cerca de las universidades existen sitios en los cuales, a cualquier hora del día el estudiante puede acceder a un “bareto” o a una “papeleta”, por un valor que varía entre los $4.000 y $8.000.

Estos lugares poseen fachadas, para no ser detectados fácilmente. Algunos “carritos de perros”, “Puestos ambulantes de dulces” o “El puesto de los tintos y agüitas aromáticas” son un ejemplo de estos negocios, que reciben un muy buen lucro gracias a esta actividad.

Pero también existe la modalidad del “Dealer”, el universitario que vende estas sustancias dentro o fuera de la universidad. Generalmente son estudiantes que pasan desapercibidos, son los “Chicos Play”, bien vestidos y que cuidan su imagen, no le venden a cualquier persona, solo a gente “recomendada”, para no “boletearse”. Con ellos se puede conseguir “Perico” o “Éxtasis”, a precios accesibles. “El mejor día para la venta es el viernes, los estudiantes empiezan con unas cervecitas al frente, luego media de aguardiente y después… pues me buscan a mí” – Comenta un “Dealer” de bajo perfil.

Prevención…

Según el programa de la presidencia “Rumbos”, es importante brindar una buena orientación a los jóvenes, enseñar acerca de los efectos y consecuencias de la utilización de las drogas. Así mismo, la existencia y utilización de espacios universitarios para la recreación y el deporte, como también la participación en actividades extracurriculares, son una buena alternativa de utilización del tiempo libre.

Según varios estudiantes, no es suficiente que la universidad distribuya sus reglamentos sobre el alcohol y las drogas, impresos en un manual, o que patrocine un programa de un día con el propósito de tomar conciencia sobre el alcohol y las drogas, y espere que el problema desaparezca. “Hay que fijarnos en la manera que participan las directivas, los profesores y el personal en cuanto al mismo tema”. El joven universitario debe construir un proyecto de vida, proponerse unas metas y unos objetivos, consolidar unas bases sólidas como ser humano. Estos son considerados buenos factores protectores contra el consumo. Desafortunadamente la indiferencia por parte de las autoridades existe y seguirá existiendo, entonces la solución debe partir de cada uno de los estudiantes para evitar el riesgo de entrar en el mundo de la drogadicción.

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